Punta fina y proceso digital. Cada vez tenemos menos espacio para vivir, nuestras casas son más claustrofóbicas, ni sitio para meter la bici.
Con muchísimos aparatos eléctricos y materiales sintéticos, la actividad electromagnética está sobrecargada, nos crispa y altera.
Tanto los ordenadores, como la telefonía móvil, como otros aparatos eléctricos invaden nuestro espacio electromagnético y disuelven la grasa que recubre nuestros nervios. Se está investigando cuanto afecta esto al cerebro y si tienen relación con los aumentos de casos de Parkinson y otras patologías.
De casa al trabajo, siempre dentro de edificios que nos impiden tomar el sol y acrecentan la sensación de cansancio, depresión o insomnio crónico.
He realizado estas ilustraciones acompañando al artículo de Carlos M. Requejo, editado en Ecohabitar.
1 comentario:
Vaya caña de ilustración. ¿Cómo ha dado para repartir tanto gen artístico entre dos hermanas? :)
Publicar un comentario